Dicen que los mejores recuerdos que guardamos son los que vivimos en nuestra adolescencia. Y de una forma u otra hemos podido comprobarlo con nuestras propias vivencias.
Este año los alumnos de Bachillerato del IES Juana I de Castilla tuvimos la suerte de disfrutar de un viaje de 6 días a Grecia.
Iniciar el curso con un viaje tan bonito no fue solo un sueño cumplido, sino también un recuerdo que quedará para siempre en nuestra memoria, poder descubrir el mundo al lado de personas que te han visto crecer durante más de 6 años es un auténtico privilegio.
El 30 de septiembre a las 5 de la mañana, nos embarcamos en una aventura que no solo nos permitió conocer el increíble país de Grecia, sino también compartir momentos únicos con nuestros compañeros y profesores antes de enfrentarnos al intenso año académico que tenemos por delante.
Nuestro viaje comenzó yendo en un accidentado o emocionante viaje en autobús hasta el aeropuerto de Madrid, con algún que otro rasguño, pero a pesar de todo llegamos sanos y salvos para coger el avión dirección Atenas.
Al llegar estuvimos recorriendo las calles de la ciudad sin rumbo alguno, pero con una sonrisa de oreja a oreja. Pudimos ver el atardecer desde el Partenón y disfrutar de las vistas de toda la ciudad.
En el segundo día comenzamos con un tour por el centro de la ciudad, con una explicación de los monumentos y edificios más importantes, además pudimos ir al museo de la acrópolis y subir a la propia acrópolis, donde nos quedamos asombrados de la inmensidad del Partenón. Nos hicimos unas fotos a modo de turistas e incluso llegaron a nuestros bolsos un par de dólares. Después, disfrutamos de la gastronomía local y aportamos al PIB de Grecia con unas compras por el centro de la ciudad. Tras estar todo el día sin parar, llegamos al hotel para que Alfonso y Manuel “descansaran” porque para nosotros, los alumnos, la hora de dormir llegó algo más tarde, pero esas anécdotas ya os las contaremos cuando se acabe el curso.
En nuestro tercer día fuimos a ver el canal de Corintio, el Teatro de Epidauro y Micenas. Lo que más nos impresionó sin duda fue el Teatro de Epidauro dónde pudimos comprobar la acústica que posee para que todos los asistentes puedan oír las representaciones. Algunos de nosotros subimos hasta lo más alto del teatro y nos quedamos asombrados con las vistas, estaba todo rodeado de montañas y naturaleza, sin duda un lugar perfecto para el arte. Cuando cayó el sol nos fuimos a cenar al hotel, y algunos de nosotros nos aventuramos por Atenas para poder ampliar nuestro “speaking” en inglés, fue todo un tanto surrealista, pero sin duda nos lo pasamos genial.
En nuestro cuarto día, por la mañana estuvimos en un museo y luego tuvimos tiempo libre por el centro de Atenas. Por la tarde nos fuimos al Cabo Sunion, donde pudimos ver el templo de Poseidón y apreciar la inmensidad del mar desde arriba. El agua cristalina de la playa nos llamó la atención y necesitábamos probarla, por lo que bajamos hasta la playa y nos relajamos en el mar. Algunos se pusieron a levantar piedras del fondo del mar y otros a nadar hasta las boyas. Al volver hicimos un karaoke en el autobús, creo que el conductor se quedó asombrado de nuestra increíble voz de cantantes.
En el penúltimo día, el día 5, decidimos irnos de crucero, porque bachillerato es muy duro y es muy importante descansar de vez en cuando. Visitamos las islas del Golfo Sarónico: Egina, Poros e Hydra. Nos encantaron todas y cada una de ellas, pudimos dar un paseo por sus calles e incluso darnos un baño en el mar. Pasamos todo el día en el crucero, comimos allí e incluso nos hicimos amigos de los jubilados bailando la macarena, pasos dobles y multitud de estilos musicales más, sin duda una experiencia increíble. Llegamos al hotel para cenar, y al ser nuestra ultima noche por Grecia, Manuel y Alfonso nos llevaron a dar un tranquilo y relajado paseo por el centro de Atenas, de esta noche hasta aquí podemos contar, porque como dice Manuel: “lo que pasa en Grecia se queda en Grecia”.
En nuestro último día en Grecia nos fuimos a dar un paseo por Atenas, para hacer las últimas compras y disfrutar por última vez de platos típicos como la “Mousakka”, “Gyros” o “Baklava”. Volvimos al hotel para coger las maletas y de vuelta a España.
En estos 6 días hemos sido muy felices, hemos dejado atrás las preocupaciones, el estrés, y nos hemos podido entregar a esa magia que solo un viaje como este puede ofrecer.
Ahora, tras regresar, nos sentimos diferentes. No solo hemos visitado un lugar lleno de historia, hemos creado recuerdos que durarán toda la vida, y hemos vuelto, no solo como estudiantes, sino como un grupo de amigos que enfrentará el año académico con el recuerdo de haber vivido algo único. Aunque cada uno de nosotros tomará su propio camino al acabar el curso, siempre llevaremos este viaje con nosotros.
Millones de gracias a todas las personas que han hecho posible este viaje, al Equipo Directivo, a Rebeca por gestionarlo desde el día uno, a nuestros padres por permitirnos vivir esta experiencia única, y a Manuel y Alfonso que nos han acompañado en este viaje siendo uno más con nosotros, gracias por su infinita paciencia y por como se han portado con nosotros.Para todos ellos un 10 y un INFINITAS GRACIAS.
Naia Alonso Sanz(2ºA_Bachillerato)